BARCELONA, la mejor tienda del mundo
El “Saló de lectura” (Salón de lectura) es un programa de la televisión municipal catalana creado en 2001. Este 2006 se despedía de sus espectadores, por, según la dirección, “desgaste de la fórmula”, es decir, lectura atenta de los textos y conversaciones civilizadas entre autores y lectores. ¿Censura?
La presentadora, Marina Espasa, de manera elegante e inteligente, criticó en este último cierre el modelo Barcelona que la administración vende local e internacionalmente.
El programa que se emitía los miércoles, normalmente, se reponía los sábados.
Este último programa no tuvo su reposición. ¿Censura?
A continuación podéis visualizar los últimos minutos de “Saló de lectura”.
El video está en la bella lengua del Catalán y para aquellos que no la hablen traducimos un extracto al catellano.
-“Ahora, claro, dicho esto, que es la parte educada, digamos de la niña de casa buena… Claro a una le queda una cierta cosa por decir…”
-“Dilo, todos lo esperamos”, le responde su compañero
-“Claro…, una piensa, y esto qué es, esto es un programa de una televisión municipal, por lo tanto pública, pagada con los impuestos de todos, y mandada desde arriba de todo por un ayuntamiento que todos votamos y todos elegimos democráticamente de momento… eh… y, claro, una no puede dejar de relacionar cosas que pasan, cosas que pasan en la ciudad con esto. Y el sábado pasado estaba leyendo el periódico y había un artículo de Catalina Serra que se titulaba “La ciudad del aburrimiento” y, de momento me lo leí y pensé, hombre ya está, ella citaba aquel slogan que alguna mente pensante de la ciudad pensó, que era: “Barcelona, la mejor tienda del mundo”… y yo pensé, ah, claro, es que esto no es una ciudad, es una tienda, y ahora es cuando lo entiendo todo, es decir, si esto es una tienda, si un gobierno lleva una tienda, si uno es un tendero, entonces, claro…, evidentemente no tiene que pensar que la gente que entra en la tienda, por ejemplo, ha de tener derecho a vivir en una casa, porque en las tiendas no se vive; tampoco ha de pensar en que la gente que entra en la tienda ha de tener un espacio dónde ensayar y dónde crear cosas como el circo y la danza, porque no hace falta, no hace falta si es una tienda, y evidentemente tampoco hace falta tener una sala de baile centenaria, tampoco, para que, si en las tiendas no se va a bailar y, evidentemente, tampoco hace falta tener una televisión al servicio de los ciudadanos porque las tiendas no están al servicio de los ciudadanos, están al servicio de los tenderos. Y entonces lo vi todo claro, ahora vosotros me estáis mirando a mi en la pantalla desde vuestra casa, y aquí abajo, a vuestra izquierda de la pantalla (señala el logo de BTV), hay una “B”, una letrita que es una “B”, que si vosotros recordáis y hacéis memoria antes de que hubiése esta “B” había un ojo, que era el primer logo de BTV. Este ojo era un ojo que miraba, no era un ojo que vigilaba, era un ojo que miraba todo lo que pasaba en la ciudad y lo enseñaba sin filtros y sin problemas. Entonces, calro, alguien dijo, uy, uy, esto no puede ser, y en lugar de un ojo que lo ve y lo enseña todo, aquí tenemos que poner un logo, una MARCA, porque claro si estamos en una tienda, ésta lo que tiene que tener sobretodo es una marca, un logo, una cosa que enseñar. Entonces, si estamos en una tienda y los que llevan la tienda lo que hacen es cerrar los ojos, yo creo que lo que tenemos que hacer los ciudadanos es abrirlos, organizarnos y luchar, fuera de todo esto, muy buenas noches y buena lectura.
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