Las pancartas de Rebecca Horn

La protesta en el barrio de la Barceloneta continúa. Los vecinos presentaron alegaciones contra el Plan de reforma del barrio, uno de los primeros recursos legales a utilizar en la ciudad de Barcelona ante una transformación urbanística impuesta. Estamos a la espera de oír buenas noticias que indiquen que la administración ha decidido abrir un espacio dónde dialogar con los afectados, estudiando propuestas alternativas a las planteadas de antemano: la colocación de ascensores en fincas centenarias con el 50% + 1 de los votos de los vecinos, que promueve una confrontación que divide al barrio.

Propuestas alternativas tales como: examinar la viabilidad económica por parte del conjunto de propietarios de un mismo bloque que decida unánimemente instalar ascensores, viabilidad que exige el establecimiento de ayudas ajustadas a cada caso; realojar a inquilinos afectados por las prácticas especulativas de sus caseros en el barrio mismo y en condiciones similares; la conservación patrimonial de la zona y la consolidación del tejido social del barrio cómo valor inmaterial de vital importancia para la ciudad, promoviendo reformas urbanas útiles para sus habitantes. Una vuelta a la gestión del espacio para y con los vecinos a través de un proceso participativo que fluya en función de las necesidades sociales generadas en la zona.


Mientras esperamos, los vecinos han colgado tres pancartas con mensajes de protesta para dar visibilidad su desacuerdo en uno de los iconos escultóricos del barrio: “Homenaje a la Barceloneta” de la artista alemana Rebecca Horn. Esta escultura fue inaugurada a raíz de la transformación sufrida por la playa de la Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992. Representa cuatro cubos apilados verticalmente, cubos que nos recuerdan a los típicos “Cuarts de casa” (Cuartos de casa), construcciones de entre dos y cinco pisos de altura y alrededor de unos 30m2. Construcciones que, junto con otros edificios de la misma época, caracterizan la fisonomía de un barrio situado en primera línea de playa. Construcciones que una falta de gestión del espacio urbano puede hacer desaparecer.